Vamos a levantar polvo. No es que tenga ánimos de hacerlo, pero sé que así será. Desde que las reflex digitales introdujeron el modo Liveview a principios de la década pasada, los fotógrafos han formado bandos a favor y en contra de su uso. Podemos encontrar profesionales que se han acostumbrado a esta función y prácticamente no hacen fotos sin ella, y están también los que creen que es una aberración a la forma en que debe ser tratada una DSLR.
Para los que no lo sepan, “Liveview” es la función a través de la cual el espejo del obturador se retrae y podemos ver en la pantalla de la cámara lo que el sensor expuesto registra, del mismo modo en que lo hacen las compactas. Pero los compactas lo hacen así porque no tienen “viewfinders” o visores ópticos. Si nuestras reflex los tienen, ¿entonces para qué se necesita el Liveview? Pues bien, cuando se introdujo allá por 2001 en una Pentax, la idea era que los fotógrafos pudiesen usarlo en casos en que fuese imposible acercarse al visor, como picados, contrapicados u otras posiciones extremas.
Pero con la masificación de las reflex en los últimos años, es muy común ver a dueños de flamantes equipos utilizar este modo cuando no hay necesidad de hacerlo, y en realidad presenta serias desventajas. Hay que ser realistas, y aceptar que muchos de nosotros comenzamos con compactas y aprendimos a encuadrar en las pantallitas. Cada vez son menos los que se introdujeron en la fotografía con una reflex analógica. Por eso, vale la pena hacer una recapitulación sobre las limitaciones del modo LiveView:
El sistema de autofocus se hace muy lento. Y no hay vueltas qué darle. Pasa, y pasa con todos los modelos en todas las marcas. La razón es que el sistema de enfoque de la cámara funciona con el pentaprisma o pentaespejo que alimenta nuestro visor. Al bloquear esa parte de la cámara al levantar el espejo del obturador, la cámara pasa a enfocar directamente con el sensor, que no está diseñado para eso. La velocidad de enfoque del lente, las condiciones de luz y el movimiento en la escena pueden hacer imposible el enfoque. Incluso en algunas cámaras, como las Sony A, el enfoque automático se desactiva al usar esta función.
Consume mucho más rápido la batería. Igual esto pasa con todas las marcas y en todos los modelos, por la sencilla razón de que si usamos el visor óptico, la pantalla está apagada, pero si usamos Liveview está encendida todo el tiempo. Esta es también la razón por la que las baterías de las compactas duran tan poco, porque hay que usar la pantalla para tomar la foto, y además todos los quince amigos en la foto quieren verla y hacer zoom en su cara. Además, hay que tener en cuenta que al usar la pantalla para encuadrar, se hace trabajar mucho más al sensor de la cámara y al procesador, para que arrojen esa “exposición simulada”.
Puede dañar tu sensor. No solo lo haces trabajar más, si no que lo expones al polvo y la humedad. En el mundo de la fotografía es ya sabido que al hacer zoom con los lentes, estos aspiran polvo hacia el interior de la cámara. Ahora, si usamos el visor, por lo menos el espejo está en medio para proteger el sensor, pero usando Liveview, el sensor queda expuesto a lo que sea que arrastre consigo la corriente de aire proveniente del lente.
Resta estabilidad a las tomas. Vamos, que no es lo mismo sostener una compacta de 200 gramos que una DSLR que con un zoom puede llegar a pesar más de un kilo. Quizá la forma más conveniente de usar una cámara pequeña sea alejada de tu cara, presionando esos pequeños botones como si fuese un móvil. Pero Las reflex han sido diseñadas para sostenerlas con dos manos y contra el rostro. No pegar la cara, pero ajustar bien el visor a la cuenca del ojo. de esta forma tenemos tres puntos de anclaje, y podemos disparar a velocidades mucho más lentas.
El visor óptico es mucho mejor. Aunque las pantallas hayan alcanzado el millón de puntos, jamás llegarán al grado de detalle de los visores ópticos, sobre todo de las cámaras de gamas intermedias y profesionales. La información está toda mucho más cerca, y una vez que uno se acostumbra, es mucho más rápido hacer cambios de velocidad, apertura, ISO o puntos de enfoque.
El modo Liveview puede ser muy útil, sin duda, pero en casos extremos en que se mezclen un ángulo complicado y una quietud total del objeto fotografiado. Personalmente, encuadro desde el visor y luego muevo la cámara para “disparar sin ver” desde el ángulo que quiero. Con algo de práctica se puede incluso saber dónde caerá el punto de enfoque, y se puede hasta recomponer. Todo eso me resulta más rápido que usar Liveview y esperar a que la cámara enfoque. En situaciones de poca luz ayuda también el destello de luz roja que lanza el flash para asistir en el enfoque.
¿Ustedes cómo usan Liveview? ¿Son de los que abusan de él, o como yo, hacen todo lo posible por evitar levantar ese espejo?
Imagen: Wikipedia
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