Hoy empezamos un nuevo capítulo de esta serie sobre composición. En él empezaremos a abordar algo más el tema de líneas como os comentábamos en la anterior entrega: líneas horizontales y verticales, triángulos, simetría, asimetría y patrones. Y es que el cerebro humano acostumbrado sin querer a la geometría, busca todo tipo de formas a la hora de descomponer una imagen. Por eso es tan importante el buscar este tipo de geometrías a la hora de componer.
Respondiendo a una persona que preguntaba si hay que tener todos estos elementos en la cabeza. Mi respuesta es que no. Pero debemos aprender a identificar dichos elementos a la hora de componer nuestras fotografías. No quiere decir que en una composición tengamos que meter todos los elementos de todas las reglas ni mucho menos. No. Tienes muchas combinaciones y posibilidades. Usa unas y contradice en otras, experimenta y crea pero con sentido. No vale cualquier cosa.
Líneas horizontales y verticales
La línea horizontal más evidente resulta ser la del horizonte, cuando se trata de fotografía de paisaje. Uno de los efectos que se suele corregir es la inclinación de la línea del horizonte y colocarla girando la imagen hasta dejar una línea horizontal. Bueno, aquí una de las rupturas de reglas más usadas y conocidas consiste en justo eso, inclinar el horizonte. Pero ya lo veremos cuando aprendamos las reglas en condiciones.
Otro de los efectos que se puede producir es cierta curvatura del horizonte en los extremos lo cual habremos de arreglarlo en post-producción. Normalmente debido a cierta distorsión del objetivo utlizado. Para éstas y otras cosas está la post-producción, aunque mucha gente prefiera no tocar nada y dejar la foto tal cual sale en JPG.
Las líneas horizontales dan sensación de estabilidad y serenidad en la imagen. En relación al horizonte también pueden sugerir la idea de distancia, lejanía, profundidad y/o amplitud. En general suelen mezclarse con otro tipo de líneas siempre como las diagonales que vimos en capítulo anterior o las verticales que veremos a continuación. La idea a la hora de componer es destacar, en general un tipo de línea u otra haciendo que unas tengan más peso (normalmente habrá más) que las otras (habrá menos). Aunque hay ocasiones como en el uso de barridos o la técnica conocida ICM (intentional camera movement) donde casi siempre el peso casi mayoritario lo tiene las líneas horizontales.
Las líneas verticales que nos transmiten ligereza y movimiento pero tiene explicación y es que normalmente para “destacar” la amplitud y peso de estas líneas el encuadre lo realizamos en vertical, favoreciendo dichas sensaciones. Por lo que la vista al recorrer la imagen es de abajo a arriba(sucede en edificios normalmente) o de arriba a abajo (sucede en los retratos, normalmente). Curioso ¿verdad?
Otra asociación de ideas respecto a las líneas verticales está en relación al concepto de crecimiento. Esto, implícitamente, lo hemos comentado antes respecto a los edificios. También podemos verlo en muchos elementos como señales de tráfico o las vallas que encontramos en muchas playas para controlar las las dunas de arena. Pero podemos asociarlo a elementos vivos a los árboles o las flores también.
Así vemos que tanto en las líneas verticales como en las horizontales influye mucho el tipo de encuadre bien sea horizontal o vertical. Pues hacer la foto de una forma o de otra dará más importancia seguramente a un tipo de línea que a la otra. Prueba por ejemplo, a fotografiar unas escaleras o un paso de cebra en formato vertical o en horizontal y notarás como el peso de las líneas horizontales varía. Lo mismo puedes hacer para elementos verticales.
Los triángulos
Los triángulos son en geometría elemento, dentro de la familia de los polígonos, más simple. Tan solo hacen falta 3 puntos, los mismos que para determinar un plano geométrico. Por eso son fácilmente reconocibles por nuestro cerebro a la hora de interpretar una imagen.
Fotografía de Teo Barker en nuestro grupo de flickr
Una de las tendencias que veíamos al respecto de las diagonales es que, por ejemplo, los dos lados de un camino parecen converger hacia el final en lo que denominamos un punto de fuga. Inevitablemente al cortar la imagen por el primer plano entre la base y los dos lados del camino se forma un triángulo.
Otro ejemplo que sucede y tiene relación con otra regla (la de elementos impares), es que al fotografiar tres elementos, imagina por ejemplo, tres piezas de ajedrez, inveitablemente observaremos un triángulo. Un buen ejercicio que puedes hacer para descomponer y analizar tus fotografías y ver si están bien compuestas es identificar triángulos.
Antes comentábamos algo sobre inclinar el horizonte. Pues bien, al hacerlo podemos romper esa regla pero podemos ayudar a formar algún triángulo entre el horizonte y los bordes de la imagen. Rompemos una regla para aplicar otra. Ya vamos viendo el truco. Hay gente que, sobre todo, en fotografía paisajística, no sale de los horizontes perfectamente horizontales y cada vez que ve una fotografía sin el horizonte perfecto exclama: “¡Endereza el horizonte!”. ¿Habrán probado a inclinarlos formando estos triángulos que te comento?
Simetría y Asimetría
En la composición que busca la simetría la imagen resulta agradable visualmente si los motivos situados a ambos lados del eje de simetría tienen el mismo peso visual, al menos en la teoría. A mí me gusta más la asimetría (o ausencia de simetría) en su grado justo. La simetría/asimetría es un recurso que no conviene abusar demasiado de él ya que suele cansar y podemos caer en el aburrimiento. Debe ir en su medida justa y pocas veces llenar toda la imagen. Sin embargo, si maneja adecuadamente se pueden obtener resultados tan buenos como el sigue bajo estas líneas.
Fotografía de David González
La simetría perfecta en fotografía salvo que lo hagamos desde post-producción es muy complicada de encontrar. Hay otro tipo de “simetría” en cuanto a composición que es raro que funcione bien, se suele dar a la hora de fotografiar personas al contrario que en los paisajes como hemos visto en la fotografía anterior que funciona bien. Un ejemplo muy claro lo vemos al realizar en formato horizontal un plano entero, plano medio, plano medio corto o un plano americano a la hora de fotografiar a alguien y situar a nuestro sujeto justo en el centro de la imagen creando una composición simétrica. Esto cambio funciona mucho mejor cuando realizamos un primer plano y los dos lados de la cara llenan el encuadre de nuestra composición.
En el primer caso para que funcione esa simetría hay que “romperla”, de no hacerlo la imagen puede volverse tremendamente aburrida y más cuando estamos usando aperturas amplias, en mi opinión, claro está. El truco para hacer que funcione muchas veces reside en que el sujeto adopte una pose que no sea simétrica con su propio cuerpo o bien romper la simetría con los elementos del fondo. Esto último si visitáis la Entrevista a Joel Grimes: Realidad o Fantasía que hicimos hace unos meses, podréis verlo claramente en la foto de la portada de aquel artículo. De ese mismo artículo podéis observar como un gesto muy sutil, como es colocar al atleta en posición de tacos de salida, sirve para romper una composición aburrida y hacer que la imagen funcione muy bien visualmente a pesar de colocar al sujeto centrado en la imagen. Esos pequeños detalles son los que, en muchas ocasiones, hacen que una imagen funcione o no. Así, por ejemplo, si hubiera un exceso de asimetría en el fondo también la imagen probablemente no funcionaría también.
Fotografía de nuestra Entrevista a Joel Grimes: Realidad o Fantasía
En fotografía publicitaria se suele situar muchas veces (y en vertical) al sujeto
Patrones
Una tendencia de nuestro cerebro, como hemos comentado con los triángulos, es la de encontrar patrones. Los patrones (a modo de reglas) nos ayudan a recordar las cosas. En este caso nos ayudan a fijar las imágenes en nuestro cerebro.
Fotografía de Elena Pueyo Ruiz
Los patrones (o repeticiones de un elemento) podemos encontrarlos tanto presentes en la naturaleza (flores o piel de animales, por ejemplo) como pueden darse así como en fotografía urbana o de arquitectura tal como hemos visto en la imagen anterior.
En resumen
Seguimos viendo que las normas son solamente orientaciones y que, al final, el toque lo da el fotógrafo aportando ese punto de vista especial, particular y único. Pero, ojo hay determinadas cosas que, como hemos mencionado, en la mayoría de las ocasiones no funcionan visualmente. Si de verdad quieres aportar algo mejor que esa foto horizontal con el el sujeto en el medio, recuerda, que para que funcione puede bastar con romper sutilmente la simetría “aburrida” de la composición.
En Xataka Foto:
Fotografía de portada | David Álvarez Montalbán
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