Nos queda sólo un aspecto por ver acerca de los tres detalles que cuidar al trabajar con modelos, y se trata nada menos que de la indumentaria. Puede parecer obvio, en vista de que bien sabemos que aquello que el sujeto use puede marcar la diferencia entre una buena toma y una que no termina de convencer - sin embargo veremos a continuación un aspecto no tan común acerca de este detalle.
¿Cómo te sentirías tú si estuvieras siendo fotografiado dentro del marco de una sesión profesional, por un sujeto con pantalones cortos y una camisa abierta hasta la mitad del pecho? La mayoría respondería que esto le generaría una sensación de poco profesionalismo, o hasta cierta incomodidad - y con justa razón. De esto se desprende que para hacer sentir segura a la modelo la vestimenta del fotógrafo debe ser apropiada, y junto con ella obviamente también deben serlo el lenguaje y la actitud.
Lo ideal en estos términos es que la indumentaria del fotógrafo sea de la talla apropiada, resulte cómoda, y a la vez inspire seriedad en el negocio, junto con un sentido de respeto por la profesión. Es por ello que en esta clase de contextos, la sobriedad produce mejores impresiones que estar al último grito de la moda.
Recuerda que tanto para proyectar una buena imagen como para guiar a otros - en este caso, a tu modelo - primeramente debes sentirte seguro de ti mismo y tener una justa medida de amor propio. La indumentaria correcta será una útil herramienta para reflejar esto mismo.
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