No nos equivocamos cuando dijimos de la Nikon D600 que era la full frame para el pueblo y es que, no lo decimos nosotros, es la propia Nikon quien ha colocado la etiqueta de cámara de consumo y no profesional a este modelo. Lo cierto es que la calle no entiende de etiquetas y es allí donde vamos a ver si esta cámara puede considerarse un modelo profesional o no.
El rival teórico y directo de la Nikon D600, al menos por precio y pretensiones, es la Canon EOS 6D de la que tuvisteis un cumplido análisis hace pocos días. ¿Estará a la altura? Comenzamos el análisis con una breve reseña de algunas de las virtudes de la cámara:
- Sensor CMOS de fotograma completo (35,9×24mm) y 24,3 megapixels
- Procesador Expeed 3
- 39 puntos de AF
- ISO 100-6.400 (50-25.600 forzado)
- Ráfagas de hasta 5,5 fps
- Grabación de vídeo FullHD a 30, 25 y 24 fps
Diseño y ergonomía
Las cámaras de fotograma completo son, con mucha diferencia, las más usadas en eventos sociales como las bodas y puesto que en estas se hacen cientos, cuando no miles, de fotografías, hasta ahora suponía una auténtica proeza enlazar varias ceremonias sin que las manos nos recordasen con dolor que el peso del equipo es excesivo. Con esta cámara el sufrir se va a acabar.
Por tamaño y peso la Nikon D600 está más cerca de la D7000 (cuesta diferenciarlas juntas) que de la D800 o la veterana D700 y se nota positivamente con el paso del tiempo y las imágenes. Aunque el peso del conjunto cámara-objetivo está condicionado en gran medida por el objetivo que usemos, se agradece el régimen aplicado a la D600, que sigue manteniendo unas medidas adecuadas para que podamos ajustar nuestra mano a ella durante horas sin ningún tipo de problema. Con respecto a la D7000, esos gramos de más hacen, por ejemplo, que la cámara no se incline cuando le pinchamos algún objetivo medianamente pesado.
La diferencia de precio con la hermana mayor no se podrá justificar en la construcción que a la postre resulta intachable, rematada en aleación de magnesio y con el mismo sellado profesional que la citada D800.
La distribución de los botones es la tradicional en los cuerpos de Nikon, tomando cosas toques de la D800 y de la D7000 porque en general, analizando y disparando con la cámara, uno acaba teniendo la sensación de que ésta es una suerte de mezcla de las dos anteriores.
La rueda de modos, con el dial inferior que controla el modo de disparo o el temporizador, es exactamente la misma que la presente en la D7000 con el añadido de un sistema de bloqueo que impide el giro accidental, similar al que ya podíamos encontrar en algunos modelos de Canon.
Como ocurre con la D800, atrás hay un selector de modo foto/vídeo que es necesario mover hasta el modo vídeo para poder usar el típico botón de REC que se encuentra junto al botón de disparo. En otros cuerpos bastaba con pasar al modo Live View y pulsar el botón de REC para grabar. No es un cambio caprichoso, luego veremos por qué.
El selector de modo de enfoque sigue estando en la parte frontal y aunque el cuerpo está lleno de accesos directos y botones configurables, estos, como es usual en Nikon, están repartidos a lo largo del cuerpo de una forma un tanto caótica para los recién llegados a la firma. Nada que el tiempo y la costumbre no pueda solventar.
Nikon sigue apostando, como debe ser, por la doble ranura para el almacenamiento, aunque se abraza a la corriente de olvidarse de las Compact Flash para dar soporte solo a las tarjetas SD. Cierra el conjunto una gran pantalla de 3,2 pulgadas y 921.000 puntos de resolución.
Disparando con la Nikon D600
Seguimos con las comparaciones, porque se hacen necesarias en esta cámara. Si habéis podido navegar por el menú de configuración de una D7000 sabed que el de la D600 es el mismo en un 95%, cambiando un par de nombres e incluyendo alguna opción como un control del viñeteado.
¿Es pequeña para trabaja con ella? Yo no diría pequeña, diría cómoda. Habrá quien prefiera cargar con varios cientos gramos y milímetros de más pero entiendo que estas medidas son más que suficientes. No he podido probarla con un objetivo largo y pesado para comprobar si los aguanta o no, con el Nikkor 24-85mm se lleva a la perfección.
39 puntos de enfoque automático (9 en cruz), lejos de los 51 de la D800 pero con un comportamiento rápido (inmediato) y eficaz en la mayoría de las situaciones. En lo que a mis disparos respecta, en varias ocasiones puntuales en las que la iluminación era deficiente y abusando de aperturas grandes, el foco se me fue unos milímetros. Nada preocupante o anormal.
Aquí, buscando entre las distintas opciones es donde descubriremos aquellos pequeños detalles que la diferencian de la D800 y que en suman justifican, o tal vez no, la diferencia de etiqueta y de precio. Así, por poner un par de ejemplos, esta D600 se queda en una velocidad de obturación máxima de 1/4000s (1/8000s en D7000 y D800). La velocidad de sincronización con flash también es inferior que a la de las otras dos cámaras; aquí podremos alcanzar 1/250s en el modo FP (sincronización de alta velocidad) cuando en la D7000 y D800 podemos estirar hasta 1/320s.
El visor destaca por su cobertura del 100% en Fx aunque baja al 97% si optamos por disparar en formato Dx.
Rendimiento del sensor
Aun pese a no haber pinchado en la cámara uno de esos caros objetivos a los que acostumbráis a llamar “pata negra”, el sensor FF de esta Nikon D600 hace mejor a cualquier objetivo que hayas podido haber probado anteriormente en una cámara con sensor APS-C. Basta con hacer retrato y fijarse en la nitidez que se aprecia ya en las pestañas, ciertamente impresionante.
Los 14 pasos de rango dinámico de esta cámara permiten resolver de manera impresionante escenas difíciles y de marcados contrastes, sacando detalle en sombras y luces. Algo hasta hace unos pocos años difícil de creer. La generación de sensores que empezó a montarse a partir desde la D7000 en adelante ha supuesto un auténtico salto cualitativo en la calidad de imagen, situando a Nikon por encima de Canon en lo puramente fotográfico. Los resultados de esta cámara son buena prueba de ello.
Si nos centramos en el rango de valores ISO y el ruido la sensación es nuevamente impresionante. De forma nativa tenemos una horquilla ISO 100-6.400 que podemos forzar por abajo hasta ISO 50 y por arriba hasta ISO 25.600. La validez de determinados ajustes dependerá del tamaño final de imagen (no olvidemos los 24 megapixels de resolución) y de la luz ambiente.
Con luz puedes subir alegremente el ISO, en general los resultados son impolutos hasta valores que superan por poco el ISO 3.000. Hay que forzar hasta el extremo el ISO y buscar condiciones extremas (de poca luz) para que las imágenes se llenen de ruido y los detalles se pierdan entre tanto artefacto.
El balance de blancos automático cumple a la perfección en distintas condiciones de iluminación aunque en este y otros cuerpos de pretensiones profesionales los automatismos casi no merecen mención. Contamos con un acceso directo en el cuerpo al Picture Control de Nikon con lo que decidir valores como la nitidez, el contraste o la saturación será algo que podremos fijar en cuestión de segundos.
No voy a entrar a valorar el problema de las manchas del sensor porque entiendo que para ello debería haber usado una cámara por estrenar, para poder comparar el antes y el después con la última fotografía realizada. No obstante no me he encontrado con manchas significativas.
Luces y sombras para el vídeo
Si antes decía que en lo puramente fotográfico Nikon ha adelantado a Canon, claramente además, en lo que a la grabación de vídeo se refiere pienso que sigue por detrás. Está trabajando en recortar las distancias y eso se deja ver en los detalles.
Os comentaba que para arrancar la grabación de vídeo hay que seleccionar previamente el modo dedicado; esto es así porque en el menú de configuración hay un apartado dedicado al vídeo que afecta única y exclusivamente a este. Podemos, por ejemplo, configurar algún botón para funciones propias de la grabación de vídeo y este set de ajustes se aplicará al seleccionar el modo.
En FullHD (1080p) tendremos disponibles unos ratios de 30, 25 y 24 fps, que subirán hasta 60 y 50 fps si bajamos la resolución a HD (720p). Haciendo algunas grabaciones me encontré con el desagradable efecto moiré (en sitios donde sabía que era previsible que apareciera), aunque este se manifestó con mucha menos intensidad que por ejemplo en mi D7000.
Si hablo de sombras en el tema del vídeo es porque, entre otras pequeñas cosas, este se podría haber visto beneficiado del uso de Compact Flash como sistema de almacenamiento, por el tema de la velocidad de la transferencia. No obstante, las últimas SD UHS-I están mejorando las tasas de transferencia.
Conclusiones y valoración
Me gustaría poder preguntarle al señor Nikon en qué se basa para no considerar a esta cámara como cuerpo profesional. Me temo la respuesta sincera, habrá quien se compre la D800 porque con ella sí podrá presumir de profesional aunque no vaya a notar las diferencias con una D600 (máxima velocidad de obturación menor, 12 puntos de AF menos…)
Luego está el tema del precio, 2.000€ solo el cuerpo. No sé qué estudios de mercado manejará Nikon para llegar a la conclusión de que puede vender muchas D600 entre aficionados por muy avanzados que sean. Si un aficionado puede permitirse el lujo de gastarse 2.000 euros en una cámara posiblemente también pueda permitirse lo que cuesta una D800 o una D4. Entiendo que esta cámara acabará principalmente en manos de profesionales que saben qué necesitan de su herramienta de trabajo y que el no incluirla entre la familia pro de Nikon atiende a cuestiones de marketing.
En lo puramente técnico poco más se puede añadir. La Nikon D600 es una cámara impresionante, con unos resultados de primer nivel en un cuerpo tan robusto y bien rematado como liviano, esto último si comparamos con otras FF como las D700 o D800. ¿Está por encima de la Canon EOS 6D? Pienso que sí.
Más fotos | Flickr de Xataka Foto
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Nikon. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
via Xatakafoto http://www.xatakafoto.com/analisis-y-pruebas/nikon-d600-analisis
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