La reciente presentación de Xbox One despejó muchas dudas, pero también generó nuevas incógnitas que posiblemente sean resueltas en el E3. Pero en la feria también estará PlayStation 4, la que será su gran rival.
Ayer vimos qué esperamos de la keynote de PlayStation 4 en el E3 y hoy es el turno de ver qué pasará con su gran rival en una de las ediciones más esperadas de la feria de entretenimiento. La presencia de Xbox One en el E3 estará marcada por la de la consola de Sony (y viceversa), pero también hay algunas dudas que los de Redmond deberían resolver cuanto antes. Algunos de estos temas ya sabemos que se tratarán entre el 10 y el 14 de junio, porque la propia empresa así lo adelantó en el evento de presentación de su equipo, pero otras surgieron poco después del mismo.
Explicaciones
Si en el caso de Sony lo más importante es mostrar su consola, en el de Microsoft, la presencia de Xbox One en el E3 deberá servir para tratar todos los rumores y dudas surgidos tras la presentación de hace unas semanas. Los usuarios quieren respuestas oficiales, precisas y concisas sobre la retrocompatibilidad, el bloqueo regional (que parece confirmado) y, sobre todo, la conexión permanente y el uso de juegos de segunda mano.
Hasta ahora, las declaraciones oficiales han sido escasas y en muchos casos se han sacado de contexto, así que no está muy claro cuáles serán las limitaciones que se establecerán. En el caso de los juegos usados, por ejemplo, la firma confirmó que diseñó Xbox One permitir que sus usuarios "cambien y vendan juegos". Sin embargo, no fueron más allá y no está claro hasta qué punto será necesario conectar un juego a un perfil.
Por otro lado, la conexión permanente parece que no será necesaria, pero hay un enorme asterisco que Microsoft debería explicar, pues sí será obligatoria una conexión periódica (posiblemente diaria).
Kinect
Kinect tendrá que estar operativo en todo momento en Xbox One, pero eso, en principio, no debería suponer un problema. Este periférico es uno de los mejores inventos que ha salido de Redmond en los últimos años y hemos visto cientos de aplicaciones sorprendentes de las cámaras de captura de movimiento.
Sin embargo, esta innovación no se ha traducido en una mejor experiencia de juego ni en títulos especialmente novedosos en esta generación. Ahora, con la llegada de una cámara más precisa y la mejora en la compresión de comandos de voz, esperamos que Kinect dé un paso adelante y suponga la evolución que podría ser por potencial.
Eso sí, esto no quiere decir que esperemos que Kinect sea el centro de la partida y mucho menos que queramos que se obligue al usuario a utilizar la herramienta en los juegos en los que no tenga sentido. Pero si Microsoft da ejemplos de lo que puede hacer y, sobre todo, si lideran el desarrollo de títulos que sepan aprovechar sus características, podemos estar ante algo muy grande.
Tampoco hay que olvidarse de Illumiroom, el proyecto de experiencia inmersiva salido de Microsoft Research. No se sabe con certeza si llegará a tiempo para esta generación y es posible que, de ser así, la compañía prefiera guardar el anuncio oficial para más adelante, pero nos gustaría ver más novedades sobre Illumiroom y Xbox One en el E3.
Exclusivas
A pesar de que ya se han anunciado los títulos que estarán disponibles cuando llegue Xbox One (y eso que aún no se sabe cuándo ocurrirá esto; otra de las incógnitas que esperamos que sean despejadas en el E3), por ahora el catálogo es muy pobre y tan solo hay dos exclusivas, Forza 5 y Quantum Break. Obviamente, llegarán muchos más juegos, pero sólo aquellos que sean exclusivos supondrán una razón de peso para elegir este sistema en lugar de PlayStation 4.
En este sentido, estaría bien que los estudios aprovechasen el cambio de generación para traer nuevas sagas y juegos originales, en lugar de remakes, secuelas y precuelas de sagas exitosas. No se puede decir que Microsoft o Sony tengan mucho que decir (aunque también desarrollan sus juegos).
¿Hacia dónde va SmartGlass?
SmartGlass, la aplicación para utilizar teléfonos y tabletas en la interfaz y los juegos de Xbox 360, llegó sin hacer mucho ruido y en ningún momento llegó a despegar. Ahora, con una consola todavía más potente y una interfaz prácticamente idéntica a la de Windows 8, podría tener más sentido. Sin embargo, para ello es necesario que ofrezca algo más que un añadido completamente superfluo.
En la presentación de su Xbox One, la compañía hizo alguna referencia a SmartGlass, pero no anunció nada concreto sobre el futuro de esta herramienta. Y lo cierto es que parece difícil que vaya a conseguir relevancia, pues a los desarrolladores multiplataforma les supone más una molestia que una ventaja. No obstante, Microsoft puede resucitarla con nuevas funciones.
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