La nieve y el frío nos ofrecen un sinfín de posibilidades fotográficas que no debemos dejar escapar pese a las condiciones meteorológicas poco agradables a las que tengamos que enfrentarnos. Especialmente si cae una nevada histórica como la que cayó en Mallorca durante el fin de semana pasado, donde las fotografías se convierten con el tiempo en un documento gráfico muy importante.
El frío y la humedad, no nos afectan sólo a nosotros, sino que nuestro material también puede sufrir si lo llevamos a condiciones climatológicas más adversas. Por eso además de controlar la exposición en la nieve, tenemos que aprovechar los fenómenos meteorológicos que habitualmente acompañan las nevadas para sacar nuestras mejores fotografías pero sin descuidar nuestro material.
Por eso vamos a ver cómo podemos sacar el máximo partido en algunas situaciones en las que podemos encontrarnos habitualmente al fotografíar con frío, pero teniendo en cuenta algunos detalles que pueden hacernos pasar ese “mal rato” de una forma más llevadera a nosotros y a nuestro material.
Aprovecha todas las posibilidades
Foto de José Barceló
Si ves que está nevando, no esperes a que deje de hacerlo, sal a la calle o a la naturaleza y empieza a captar fotografías mientras nieva. Es cierto que los copos de nieve pasarán ante la cámara quitando visibilidad a la escena, pero podemos conseguir fotografías muy interesantes. Además podemos empezar a hacernos una idea de cómo quedará el paisaje, tanto urbano como en la naturaleza, una vez que termine de nevar.
Intenta llegar el primero después de la nevada. Salvo que aprovechemos las pisadas de otras personas o de algunos animales que hayan pasado por la zona antes que nosotros, suelen quedar mejor las escenas con nieve virgen, sin huellas, que una vez que la nieve está muy pisada.
Un fenómeno que habitualmente acompaña el frío y la nieve, es la niebla. Podemos aprovecharla para crear fotografías con un cierto aire de misterio. Todo se volverá más grisáceo e irá perdiendo visibilidad cuanto más lejos esté de la cámara. Combinando el blanco de la nieve con el tono grisáceo de la niebla conseguiremos fotografías con un efecto monocromo muy interesante.
Foto de Hortolano en nuestro grupo de Flickr
Normalmente no nos apetece levantarnos de la cama para fotografiar un amanecer, y menos aún si hace mucho frío, pero la luz del amanecer es aún más espectacular en paisajes nevados. Además podemos conseguir interesantes contraluces o “jugar” con los brillos de los cristales de nieve creados por la luz anaranjada del sol.
Con el frío llega el hielo, y éste nos abre un mundo de posibilidades fotográficas. Desde tomar fotografías de las heladas matutinas, hasta ir en búsqueda de carámbanos que nos ofrecerán bonitas imágenes al fotografiarlos directamente o a través de ellos. Si además conseguimos encontrar un lugar en el que haya nieve, conseguiremos crear un ambiente más frío todavía.
Para los menos madrugadores, o que no sientan esa terrible necesidad de pasar tanto frío para sacar unas fotos, siempre tendremos días soleados tras las nevadas en los que el azul del cielo contrasta maravillosamente con el blanco de la nieve. En estos casos es importante controlar especialmente el balance de blancos, ya que es fácil que en zonas de sombra abierta obtengamos dominantes muy azuladas.
Primero cuida de tí
Foto de Luis Hernandez en nuestro grupo de Flickr
Si vas a tomar fotografías con frío, abrígrate bien. No pienses que sólo sales a dar un paseo de una hora por el monte, puede surgir cualquier imprevisto que te haga permanecer más tiempo expuesto al frío.
Cuando salgas a la naturaleza y haya nevado, asegúrate de que conoces bien la zona a la que vas a fotografiar. El paisaje con nieve cambia totalmente y los caminos pueden quedar cubiertos. Al dejar el coche durante unas horas para sacar fotos, piensa que puede que hiele o nieve mientras estás fuera, así que asegúrate de que estas cosas, en caso de producirse, no impedirán que regreses a casa sin problemas. Igualmente piénsatelo dos veces antes de continuar por una carretera con hielo o nieve para ir a buscar una foto que puede que luego ni merezca la pena haber hecho.
Cuida de tu material al hacer las fotos
Fotografía de Jesus Reinoso en nuestro grupo de Flickr
Si está nevando la cámara se mojará, parece que la nieve tiene que caer sobre la cámara y resbalar, nos da la sensación de que no se moja, pero al final la nieve se derrite y la cámara terminará mojándose. Si no nos fiamos del sellado de nuestra cámara, lo mejor será que nos fabriquemos una bolsa protectora, o nos compremos una funda impermeable para evitar que entre agua en la cámara.
En caso de que haya niebla, la humedad es inevitable, pero podemos proteger nuestra cámara con una bolsa igual que antes, o simplemente colocando un jersey, camiseta o lo que tengamos más a mano para evitar que termine totalmente mojada. Igualmente esta humedad puede entrar en la cámara y convertirse en condensación al aumentar la temperatura, por lo que es importante secar la cámara como podamos mientras estemos sacando fotos.
Algo que ocurre a menudo cuando fotografiamos con frío es que se descargan las baterías o pilas de la cámara o del flash sin utilizarlas, por lo que es recomendable tener pilas y baterías de repuesto y llevarlas en los bolsillos para que la propia temperatura corporal las mantenga algo más calientes de lo que estarían en la mochila.
Una vez en casa
Foto de fender5 en Flickr
En cuanto lleguemos a casa lo primero que debemos hacer no es conectar la tarjeta al ordenador y ver lo espectaculares que han salido las fotos. Vamos a cuidar un poco más el material. Lo sacaremos de la bolsa fotográfica y lo secaremos bien.
Podemos incluso dejarlo cerca de alguna fuente de calor, sin que esté en contacto directo con ella, pero sí lo suficientemenete cerca, para que termine de secarse totalmente. Si pensamos que puede haber entrado agua en la cámara, separaremos el cuerpo del objetivo y lo dejaremos abierto para que seque bien y evitar condensaciones (cuidado a la vez con el polvo).
Son muy útiles las bolsas de silica gel, esas bolsitas antihumedad que suelen venir con aparatos electrónicos. Podemos guardar alguna en nuestra bolsa fotográfica y así evitaremos que, en caso de que se haya mojado, siga húmedo su interior la próxima vez que metamos la cámara.
Conclusiones
Tomar fotografías con nieve, hielo o niebla puede darnos muy buenos resultados si aprendemos a aprovechar al máximo cada una de las situaciones. El mal tiempo no tiene que frenarnos, ya que podemos conseguir fotografías muy interesantes en condiciones meterorológicas poco favorables.
En estas condiciones, el material puede sufrir daños si no le prestamos atención. Personalmente soy de la opinión de que no tengo que dejar de hacer fotos por pensar que el material está sufriendo, pero también evitaré al máximo exponerlo innecesariamente a condiciones que puedan estropearlo, por lo que siempre intento llevar en la mochila una bolsita de silica gel y alguna funda impermeable para la cámara.
Vídeo | José Barceló / Youtube
En XatakaFoto | Fotos de nieve para inspirarte
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