Hola, y bienvenidos a una entrega más del Consultorio de ALTFoto, donde resolvemos las dudas de ustedes, nuestros lectores. De acuerdo con el conteo que lleva Andrés, esta es de la vigésima edición del consultorio, así que aprovechamos para agradecerles por sus contribuciones y preguntas, que nos ayudan a crecer cada día.
Comenzamos con la inocente intervención de Luis, quien dejó una pregunta aparentemente básica y sencilla de responder:
“Quiero saber cómo puedo dejar el tiempo de obturación más de 30 segundos, por ejemplo 8 minutos.”
Pues bien, lo que le respondieron ya otros lectores a través de los comentarios fue, por supuesto, que use la función Bulb de la cámara. Es muy probable que no lleguen a ella a través del menú o por medio de un botón dedicado en su DSLR, pero no desesperen, nos aparece cuando aumentamos el tiempo de exposición por sobre los 30 segundos. Si trabajan con velocidades de 1/100 o 1/50, sigan girando ese dial hasta llegar a 1”, 10”, 30”, y fimalmente “B” o “BULB”.
Esta función hace que el obturador se mantenga abierto, y que por tanto pase luz al sensor, todo el tiempo que mantengamos presionado el botón del obturador. Hay que recordar que no funciona solo con tiempos mayores a 30 segundos, si no que pueden ser menores, incluso tan cortos como podamos.
Ahora, Luis parece interesado en lograr una exposición de 8 minutos, pero es obvio que no obtendrá buenos resultados si deja el dedo haciendo presión sobre la cámara y generando movimiento durante todo ese rato. En primer lugar, se necesita de un trípode estable. En segundo, deberemos echar mano de alguna herramienta de hardware o sofware que nos permita controlar la obturación sin tocar la cámara. Eso sí, nos será muy útil el conteo del tiempo de obturación que la mayoría de las cámaras muestran en la pantalla mientras se realiza el disparo.
Hace unas semanas, reseñé unos controles remotos genéricos, que podemos encontrar en cualquier tienda electrónica y con las conexiones necesarias para casi cualquier cámara. El primero de ellos, con un precio por debajo de los US$3.00, permite (por lo menos en las cámaras Canon) iniciar la obturación al presionar su único botón, y terminarla al presionarlo nuevamente. El segundo es un intervalómetro, el accesorio más útil para las tomas múltiples de larga exposición, ya que permite controlar no solo la duración exacta de cada obturación, si no también cuántas tomar en una serie, y cuánto tiempo dejar entre una y otra.
En el apartado de software, encontramos muchas soluciones, sobre todo para las cámaras más modernas. Si bien muchos fotógrafos no deben tener idea de dónde están los discos que vinieron con la cámara, lo cierto es que con las Canon viene la EOS Utility, un driver que permite controlar los parámetros de disparo y hasta el enfoque automático en modo LiveView. Nikon tiene el Camera control pro, algo más completo pero que se vende a US$180. También hay otros programas parecidos pero desarrollados fuera del entorno de las marcas, y hasta aplicaciones para Android e iOS.
El segundo tema de hoy es una mezcla de las dudas de Héctor AOM y Amin, quienes no terminan de entender (como todos nosotros) el lío de Nikon y sus sistemas de autofoco y apertura en el cuerpo de la cámara o en el lente. Héctor no sabe cuál es la diferencia exacta entre los lentes D y G, y Amin necesita saber si sus lentes con motor de enfoque servirán en cámara que ya cuenten con uno dentro del cuerpo. Aquí van sus respuestas:
La línea D de objetivos Nikon fue la primera en incorporar contactos electrónicos que comunicaban la cámara y el lente. Se trataba de circuitos que enviaban información sobre la distancia a la cámara para realizar el enfoque automático. Sin embargo, el control del diafragma debía realizarse aun con un anillo en el tambor del lente. La línea G es mucho más reciente, y pensada para cámaras digitales. Ya no tiene anillo de diafragma, pues ese parámetro se ajusta con los diales de la cámara. Aunque los puristas critican la ausencia de este control analógico, lo cierto es que permite trabajar mucho más rápido desde la cámara, y le resta peso al objetivo. Además, los años no pasan en vano, y las reediciones G de antiguos lentes D tienen una óptica mucho mejor. Obviamente, en las cámaras antiguas en las que no se puede controlar la apertura desde el cuerpo, estos lentes funcionarán siempre con la máxima apertura.
Nuestro lector Héctor está con suerte, pues los chicos de DigitalRev dedicaron uno de sus graciosos vídeos a los dos lentes que él está comparando:
También es generacional la diferencia entre los objetivos Nikon con un motor de autofoco interno, y aquellos que necesitan de un motor al interior de la cámara para enfocar. Lo que pasa es que primero Nikon tomó la decisión de restarle peso y complejidad a sus objetivos AF, al dejar el motor de enfoque al interior del cuerpo de la cámara. Este se comunicaba con los cristales a través de una junta mecánica en la montura. Esto no era una idea descabellada, ya que por ese entonces las cámaras tenían ya motores rápidos y poderosos para avanzar y rebobinar la película.
Pero ya en los noventa, cuando el público pedía cuerpos más ligeros y con menor consumo de energía, Nikon experimentó con el enfoque al interior del lente. Los Frankenstein fueron algunos teleobjetivos con la nomenclatura AF-I (autofocus internal), pero pronto esta tecnología quedó en el olvido para darle paso a la más rápida y silenciosa AF-S (autofocus silent), equivalente a los lentes USM de Canon.
Entonces, los nuevos lentes AF-S funcionan en todas las DSLR Nikon, pero los viejos lentes AF solo pueden enfocar automáticamente en los cuerpos con motor interno. Pero esto no quiere decir que tengan que buscarse una cámara de película, ya que Nikon sigue colocando este componente en sus cámaras de gama media y profesional. Solo las más baratas y pequeñas (D3000, D3100, D5000 y D5100) no lo tienen.
Lo más probable es que todos los lentes que ha sacado Nikon en la última década, y todos los que saque en un futuro cercano, sean G y AF-S, así que funcionarán por completo en cámaras con o sin motor, pero no en aquellas que no puedan controlar la apertura. Nuestra recomendación para Amin y para todos los usuarios de Nikon, es que se fijen si sus lentes sirven para formato FX (fullframe), o solo para cámaras con sensor más pequeño DX. Esto les permitirá pasarse más adelante a un mejor cuerpo sin tener que comprar nuevos cristales.
El último tema de este extenso consultorio es también la unión de dos preguntas. La de Romanet:
“¿Qué beneficio trae tener un flash de estudio potente vs. uno de menor potencia? ¿Es mejor uno potente o dos o tres menos potentes?”
Y la de Sergi:
“Mi primer flash para uso en general, sobretodo fotos familiares y direccional, que se acople a la cámara. ¿Qué me recomendais? Tengo una Canon EOS 500D.”
Pues bien, los flashes son una herramienta muy importante, y hay infinidad de formas de utilizarlos. Comencemos por responderle a Sergi, que quiere algo más simple. Los speedlite o flashes de zapata son cada vez más versátiles y baratos, así que tienes muchas opciones. La primera sería obviamente un flash Canon, que actualmente tiene cuatro modelos: 270EX II (el más compacto), 320EX (compacto pero direccional y con luz de vídeo/modelado), 430EX II (semi-pro) y 580EX II (profesional). El beneficio de un flash de la marca de la cámara es que permite controlar la potencia automáticamente (TTL o ETTL).
Sin embargo, existen varias marcas alternativas de flashes, que no cuentan con el control de potencia automático ni son tan fiables; pero son mucho más baratas -alrededor de US$100- e incluyen casi siempre la función de “flash esclavo”. Esto quiere decir que se dispara al percibir el destello de otro flash en un sensor ubicado en el frente. Esto es una ventaja si queremos trabajar con más de un flash, ya que nos ahorra un disparador remoto. Algunas marcas son Opteka, Nissin, Yongnuo, Sigma. Si Sergi me pusiera un revólver en la nuca y me forzara a decir uno, diría el Canon 430EX II, que es el que tengo. Lo compré nuevo a US$280 hace un año, y es de lo más fiable. eso sí, suelo usarlo rebotando la luz en techos y paredes, y necesito subir 1/3 o 2/3 de stop a la potencia.
A Romanet vamos a contestarle primero su última pregunta: Es mejor tener varias luces pequeñas a una grande. Si vas a usar luz artificial, siempre es mejor tener por lo menos dos, para que no sea tan focalizada. Está bien, que una sola luz puede dar muy buenos resultados si se usa bien, pero te limita demasiado.
Luego, el beneficio de tener luces más potentes es que estas pueden opacar la luz ambiental, incluso la del sol al medio día, y crear el efecto de aislar a nuestro sujeto de su entorno. Otra ventaja es que al usar luces más grandes se puede cerrar más el diafragma, y ganar profundidad de campo para fotografiar grupos de personas u objetos grandes. También se pueden usar difusores con una gran superficie, de nuevo para motivos de gran tamaño o encuadres amplios. Lo negativo es que es muy difícil que algo quede desenfocado, a menos que se utilicen filtros de densidad neutra.
Esto ha sido todo en nuestra vigésima edición del Consultorio ALTFoto. Esperamos que les sirvan las respuestas, y estaremos encantados de recibir sus preguntas en nuestro próximo post de solicitud.
Foto: Pabloama en el ALTFotoPool
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