Con Mario Sierra dimos comienzo a una nueva experiencia que pensamos resulta extremadamente interesante: compartir unas horas de trabajo con reputados fotógrafos para poder transmitiros de primera mano, no solo ya qué piensan de la fotografía sino cómo la viven en realidad, cómo se enfrentan a ella en directo, cámara en mano.
El invitado en esta ocasión es el fotógrafo sevillano Diego López, un indiscutible referente nacional de la fotografía de naturaleza si atendemos, además de a la más que evidente calidad de su fotografía, a un currículo que incluye trabajos en publicaciones tan prestigiosas como National Geographic y reconocimientos internacionales en forma de diversos premios.
Me cité con Diego en uno de los puntos más altos de la provincia de Cádiz, el Puerto de las Palomas, pico que se eleva hasta los 1.300 metros dentro del Parque Natural Sierra de Grazalema. Acababan de dar las 9 de la mañana con un frío considerable cuando llegó nuestro invitado acompañado por dos amigos, Rafael y Felipe, quienes a la postre resultaron ser, también, grandes aficionados a la fotografía de naturaleza.
El plan era hacer unas fotografías y charlar un rato sobre fotografía y su trabajo. En cuanto se bajaron del coche su instinto fotográfico se activó. Estaban realizando labores de mantenimiento en el Parque y varias columnas de humo procedente de sendas hogueras conferían una panorámica espectacular de La Aguja de Grazalema, una impresionante roca vertical de unos 12 metros. Eran el lugar y el momento perfecto pues luego además, con los primeros minutos de Sol, comenzarían a sobrevolar la zona varios ejemplares de buitre leonado.
Diego López no se dedica en exclusiva a la fotografía, no obstante, envenenado como muchos de nosotros por esta bendita afición, confiesa que le dedica todo el tiempo que puede, ya sea a través de los cursos que imparte, preparando sesiones como las que han sido publicadas en los medios que citamos al principio o colaborando con instituciones como SEO y WWF. No tardé en preguntarle por la situación de la fotografía de naturaleza en España y ello dio lugar a un interesante debate.
Llegamos a la conclusión de que, efectivamente, en España no está valorada este tipo de fotografía o al menos no justamente, algo que se hace más evidente cuando hablamos de trabajos como el de Diego López, quien nos confiesa que busca un toque más artístico que documental en sus imágenes y esto implica una preparación previa de las sesiones y un ejercicio de autocrítica aun más exigente si cabe. A estas alturas ya estábamos haciendo fotografías por la zona y la destreza de Diego manejando y combinando filtros se dejaba notar, propia del fotógrafo curtido en mil batallas.
Preparación de sesiones y localizaciones
¿Cómo prepara un fotógrafo de este nivel las sesiones? Ya os adelanto que no es nada fácil, agotador me atrevería a decir. Diego López hace un uso intensivo de la tecnología, de muchas de las aplicaciones para smartphones que os hemos comentado aquí, de Google Earth y del GPS. Tened en cuenta que conseguir buenas localizaciones no es fruto del azar sino que requiere un trabajo que a veces precisa años. El fotógrafo ha de ser capaz de saber con exactitud dónde hará la sesión, qué condiciones climáticas se encontrará, qué distancia tendrá que completar a pie y con qué equipo a sus espaldas porque eso a su vez condicionará la hora de partida… creo que os podéis hacer una idea ¿no? Y todo sin entrar a valorar el tiempo empleado en conseguir los permisos necesarios para fotografiar en determinados lugares especialmente protegidos.
Una vez que somos conscientes de que preparar las sesiones y encontrar buenas localizaciones resulta muy laborioso ¿qué pasa con ellas?, ¿se la guardan para si los fotógrafos o las comparten? Éste es el eterno debate de la fotografía de naturaleza. Tanto Diego como Rafael y Felipe responden de la misma manera: ellos se consideran primero amantes de la naturaleza y después fotógrafos, por eso se muestran recelosos a la hora de desvelar localizaciones, por el temor al deterioro que ello pueda ocasionar en un lugar que les ha gustado especialmente. Lo cual no es óbice para el intercambio de localizaciones con personas de confianza y otros fotógrafos de naturaleza, a los que se les presupone el mismo interés por la conservación del lugar.
Es loable, aunque a mi ya me parecería justo que alguien que ha trabajado duro para encontrar una localización “se la guarde” porque de lo contrario está regalando su esfuerzo. En cualquier caso, haciendo esto, el fotógrafo no impide que nadie acuda a la misma localización, simplemente le obliga a quien quiera llegar hasta ella a buscarla por si mismo.
Aprovechando que nuestro invitado ha viajado mucho en busca de paisajes idílicos no podía dejar pasar la oportunidad de preguntarle con cuáles se quedaba. Del extranjero me confiesa que con Islandia y Letonia, país que pudo fotografiar como miembro de Wild Wonders of Europe, una iniciativa privada impulsada por WWF y National Geographic para la que se seleccionó a los 60 mejores fotógrafos de naturaleza de Europa. Dentro de las fronteras nacionales lo tiene claro, se queda con Andalucía porque, literalmente: “lo tiene todo”. Las Marismas del Guadalquivir y el Parque Natural de Los Alcornocales son dos de sus sitios favoritos para fotografiar aunque disfruta igualmente de otros parajes andaluces como el desierto de Tabernas en Almería o Sierra Nevada en Granada.
Fotógrafo de naturaleza: Un experto multidisciplinar
Le pregunto a Diego, desde la ignorancia, si cuando llega a la localización lo hace sabiendo exactamente qué quiere fotografiar y cómo lo quiere hacer y me contesta, para mi asombro, que por supuesto. En principio la respuesta me sorprende debido a mi nula experiencia con este tipo de fotografía y conforme seguimos hablando empiezo a comprenderlo todo. El fotógrafo de naturaleza es una especie de experto en varias disciplinas que van desde la meteorología a la biología o el camuflaje.
Por poner un ejemplo, si quiere un paisaje con niebla ha de ser capaz de interpretar la información que ofrece una estación meteorológica para anticiparse al fenómeno y estar allí antes de que ocurra para tenerlo todo preparado en el momento preciso, igual pasa con una puesta de sol que dura unos minutos. Para estos menesteres resultan muy útiles determinadas aplicaciones disponibles para nuestros smartphones como The Photographer’s Ephemeris, ya comentada aquí.
¿Con los animales también? Sí y no. No puedes preparar directamente una escena con un animal salvaje por razones obvias pero serán los conocimientos de los mismos y el entorno en el que se mueven lo que te permitirá acercarte a ellos y en cierta manera predecir sus movimientos. Es la parte que más me impresionó de la charla y donde uno se da cuenta de que estas fotografías son una suerte de parto para el fotógrafo por lo laborioso y duradero. No es llegar, sacar un teleobjetivo y volver a casa con maravillosas tomas de pájaros alimentando a sus crías, nada más lejos de la realidad.
Está todo tan calculado que, por ejemplo, usan spray para camuflar el olor si pretenden cazar con las cámaras animales como el corzo y cuyo olfato es prodigioso, el fantasma del bosque lo apoda Diego. Muestro interés por el asunto y Rafael me enseña unas fotografías en las que aparece cubierto de agua hasta la altura del pecho, con el equipo sobre un hidro-hide. El hidro-hide, artilugio que yo desconocía, es una especie de plataforma flotadora sobre la que apoyar el equipo. Felipe también me cuenta alguna experiencia propia como la vez que estuvo en un puesto camuflado la friolera de 18 horas, él solo, esperando para hacer la fotografía. Realmente impresionante, mucho más si tenemos en cuentan que en ocasiones es preciso montar este tipo de puestos camuflados semanas antes de la fotografía para que la fauna se acostumbre a él.
Algunos os preguntaréis por la edición digital de este tipo de fotografía. Diego López lo tiene claro y piensa al respecto que la fotografía debe salir de la cámara prácticamente rematada. Rafael apuntillaba: el ordenador solo para firmar la fotografía. La realidad es que las facilidades que nos ofrecen programas como Photoshop nos tientan para descuidar el momento de la toma con la excusa de solucionarlo frente a la pantalla. Ésto es un error, mucho más grave si pretendemos publicar nuestro trabajo pues, como dice Diego, nos van a exigir una imagen técnicamente perfecta en el disparo y sin estridencias digitales.
Cómo empezar en la fotografía de naturaleza
El último punto en nuestro encuentro fue pensado especialmente para vosotros que estáis interesados en dar los primeros pasos en la fotografía de naturaleza. A mi pregunta de qué equipo es el básico para comenzar, Diego me responde con claridad: “Una DSLR, un objetivo (el que sea) y un trípode, el resto ya vendrá”. Es cierto que hay muchos otros accesorios interesantes para este tipo de fotografías como los filtros polarizadores, grises, disparadores remotos y un largo etcétera pero no son fundamentales para empezar. Exprimir al máximo un equipo limitado es un grandioso ejercicio que nos curtirá como fotógrafos.
La paciencia se debe convertir en la máxima de esta disciplina fotográfica, pensad que podéis pasar horas con la cámara lista para fotografiar, solo a la espera de que se cruce en el encuadre un ave. Así pues, resulta especialmente recomendable rodearse de un buen grupo con el que salir a disparar para hacer más amenas y soportables las, a veces, largas esperas. Huelga decir que antes que la fotografía debe imperar el respeto y cuidado máximo para con la flora y la fauna, la naturaleza en su sentido más amplio.
Debéis educar vuestro ojo fotográfico viendo muchas fotografías de los mejores fotógrafos y de muchas disciplinas. Diego López, por ejemplo, confiesa que aprendió mucho de la fotografía de aves gracias a Herminio Martínez Muñiz y de la de paisajes de Cristóbal Serrano y a ellos les debe, en cierta manera, lo que es hoy como fotógrafo. Y para terminar, debéis ser muy críticos con vuestro trabajo y eliminar sin vacilar cualquier fotografía que no os llene completamente porque si te lo piensas acabas por no borrarla. Éste último consejo es extensible a cualquier disciplina fotográfica.
Hasta aquí nuestro día con Diego López, un interesante encuentro con un fabuloso fotógrafo de naturaleza. Espero que hayáis disfrutado tanto de sus consejos como de sus fotografías, como decíamos, más cargadas de sensaciones y momentos que de pura documentación. Rafael, Felipe y, especialmente, Diego, gracias por vuestro tiempo, fue un verdadero placer.
Sitio Web | Diego López
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